en que uno no se hace más nada
que estar con uno
con sus alegrías
y sus miedos
su reloj detenido
ahí donde la culpa alborota
y lo demás se muda
y no hace caso
un día en que la tormenta
se guarda en una caja de cristal
que podría romperse de un solo chiflido
pero no se rompe
porque algo
un payaso que le habla a la vida
que es como un amigo con un buen pronóstico
que a su vez es como una mano que te apreta
y te da la calidez
de un momento de luces bajas
y músicas agradables
de concentración en el hecho
de cortar una cebolla
pisar el tomate
y mezclar con la salsita
que comerás luego
mientras pensarás que el día
no fue tan grave sin haber hecho nada
porque no habiendo hecho nada
hiciste mucho
por vos mismo
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