18 may 2011

espiralando imperatividades

pensaba que eras lo más sucio
y lo más puro
que podía presentarse ante mis ojos

eras la luz
y la oscuridad
los ángeles abrazando mantas blancas
y las ratas escondiéndose en los charcos

te veía ver
con el cejo despiadado
y verme
con el alma
entre las manos

son esas flechas
que empujan con fuerza
hacia lados contrarios
y se atraen
se mastican
saborean los brotes
y derrapan

con las manos poderosas
para detener los más de mil relojes
y los sueños frágiles
para desbarrancarlos

y no hay nada
más que
palabras vanas
para intentar decir algo
que no es más
que

un desconcierto.

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